Porque contratar a un arquitecto para la reforma de mi casa

Afrontar la reforma de casa es algo que se debe planificar cuidadosamente.  Enfrentarse a la incomodidad que supone, a corto plazo, una obra, debería ser recompensado, con creces, por los beneficios futuros que se esperan de ella.

En primer lugar, si ya te has decidido, hay que darte la enhorabuena por dar el paso de mejorar esa parte de tu vivienda que no satisface completamente tus expectativas.
La casa es el lugar en el cual pasamos más tiempo y las necesidades que cubren los espacios  van cambiando con el paso de los años.  Aquello que antes funcionaba, ahora no sirve, o, simplemente, no ha servido nunca.
Pero no sólo hablamos de funcionalidad, también hablamos de estados de ánimo.
Pues si, el espacio en el que nos encontramos influye en nuestro estado de ánimo, esa conjunción de espacio, color, texturas, formas, etc crean en nosotros una atmósfera de la cual,  de forma imperceptible, nos hacemos una opinión, y con la cual dialogamos sintiéndonos de una determinada manera.
Es por ello, que consideramos tan importante pensar y repensar los espacios que habitamos, para poder disfrutarlos.
Estas razones, que vamos a denominar intangibles, ya son de la importancia suficiente como para recurrir a un profesional.
El único profesional, capacitado por su formación, para conjugar todas las incógnitas espaciales, materiales, funcionales y dimensionales y conjugarlas con acierto para resolver la ecuación, es el arquitecto.
render de reforma de planta baja en chalet adosado
















Pero existen además otras razones para contratar a un arquitecto, son las que vamos a llamar tangibles, y que muchas veces podemos entender de una forma más directa.
Dependiendo del calado de la reforma y de las ordenanzas municipales es, a veces obligatorio, redactar un proyecto de la obra que pretendemos realizar, para después presentarlo ante la autoridad competente y obtener licencia para ello.  He aquí la primera de las razones “tangibles”.
Además un arquitecto levantará planos del estado previo a la reforma, para después hacernos una propuesta espacial. Es en ésta fase de estudio de la obra dónde, sin haber puesto aún un ladrillo, se resuelven la mayor parte de los problemas posteriores, tangibles e intangibles. Esto es particularmente importante, de cara a evitar sorpresas durante la obra, que no son gratas ni en tiempo, ni en dinero.
croquis de toma de datos en visita al inmueble

















Un arquitecto tiene conocimientos técnicos de materiales, de instalaciones y de estructuras en los cuales el cliente, puede no haber reparado.
Una vez definida la obra que queremos realizar elabora un presupuesto detallado con definición de materiales y cantidades de cada una de las unidades de obra a realizar.  Esto hará posible que diferentes contratas presupuesten la misma obra y no que cada cual la interprete a su manera. Además establece un control sobre los precios que nos ofertan de forma que se encuentren dentro de parámetros razonables. Se trata de hacer la obra que nosotros queremos y al precio pactado con antelación.
En el caso de que el arquitecto, sea además la empresa que nos oferta, nos ofrece un plus adicional debido a que sus precios deben de ser tan competitivos como los de cualquiera de las otras empresas.
Durante la obra comprueba que los trabajos se ejecutan con la calidad deseada y en los tiempos pactados y coordina los diferentes oficios con el ahorro, muy importante, de problemas y quebraderos de cabeza.
Todo aquel que ha realizado una obra, sin el control necesario, sabe perfectamente de qué estoy hablando.
En general, y siempre que estemos hablando de un buen profesional, existe un cuidado por el detalle exquisito que no es fácil de encontrar en otros gremios.
Si pretendes realizar obras de reforma, y que la historia tenga un final feliz, busca un buen arquitecto que interprete bien tus necesidades y te ahorre tiempo y dinero.
salón finalizado, obra acabada















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